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martes, 30 de julio de 2013

Entrevista a James Petras

Desde la página de La Haine traemos a ustedes esta entrevista en la que James Petras habla acerca de Euskal Herria:


Intelectual comprometido con los movimientos sociales, James Petras es uno de los sociólogos más destacados del mundo. Respondiendo a la invitación del sindicato LAB y la Fundación Ipar Hegoa estuvo en Euskal Herria para hablar de la crisis del imperialismo y del capitalismo. En la entrevista que nos concedió pudimos ahondar en sus opiniones sobre la crisis del capitalismo, la revolución Bolivariana y la necesidad de un estado para Euskal Herria.

¿Como definiría el imperialismo del siglo XXI?

El imperialismo del siglo XXI tiene muchas características del pasado, sigue penetrando mercados, buscando mano de obra barata, explotando recursos naturales, contaminando el ambiente, desplazando gobiernos progresistas y poniendo personas que sirven sus intereses… Pero hay algunas dimensiones nuevas que debemos tomar en cuenta. En primer lugar el imperialismo del siglo XXI tiene un fuerte componente militar. Cuando los países imperialistas lanzan una guerra destruyen la base económica del país que tratan de dominar provocando un desequilibrio entre le gasto militar y los beneficios económicos. Esto ha ocurrido en las guerras de Irak y Afganistán donde los EEUU han gastado por lo menos 2500 millones de dólares y donde la cosecha ha sido mínima generando un déficit fiscal enorme y perjudicando a la población. Cuando las guerras son cortas, victoriosas, con bajo costo, por lo menos la población es cómplice.

El segundo punto importante es la influencia sionista en la política bélica imperial. Los sionistas, como apoyo incondicional de Israel, han penetrado muchos sectores gubernamentales siempre con la misma misión, utilizar el poder militar de EEUU para destruir a los enemigos de Israel. Ellos instrumentalizaron el gobierno norteamericano, el pentágono por ejemplo, para fabricar el cuento de las armas biológicas de Iraq. Tenemos nombres y apellidos y los puestos que ocupaban en política. Podemos decir lo mismo de la agresión contra Irán, el apoyo de las guerras contra Siria y Libia. Es el único caso en la historia, nunca hemos visto que un pequeño país como Israel pueda conseguir el apoyo imperial para su propia meta.

Con el fin de acumular cada vez más poder no han dudado en utilizar todas la armas que tenían a su alcance. Las guerras por ejemplo han sido y son utilizadas para saquear la riqueza de otros países. ¿Estamos ante un riesgo real?

Hay que ver en que grado hay coordinación entre el imperialismo norteamericano y europeo. Si analizamos la guerra contra Irak vemos que algunos países, como Francia o Alemania, mostraron reticencias porque pensaban que esa guerra podía perjudicar sus intereses económicos, pero a fin de cuentas vemos que en el ataque contra Libia Europa toma la iniciativa. Quieren demostrar que ellos también tienen un poder colonial, que pueden ocupar países. Lo que podemos decir es que Europa es tan imperialista como EEUU. Algunos tenían la ilusión de que seria menos imperialista pero ya no se puede creer eso. Francia está constantemente invadiendo países en África, Inglaterra es muy agresivo en su relación con Siria.

La única competencia que existe en el mundo actualmente es China, que es un poder económico creciente. Tiene la ambición de conseguir recursos pero no utiliza esos mecanismos políticos, no utiliza su inteligencia para derrocar gobiernos. Por eso existe un conflicto entre el imperialismo militarista norteamericano y los esfuerzos de China para conseguir posiciones favorables sobre todo en Asia y África. EEUU ha lanzado ahora el foro para el Pacifico con el objetivo de formar un mercado que excluye a este mientras que China esta invirtiendo en Asia para contrarrestar las presiones militares de EEUU. No se si este conflicto llegará a una guerra pero por lo menos es evidente que el poder emergente expansionista chino está en conflicto con los viejos países imperialistas.

Estamos inmersos en una crisis histórica ¿Cómo la definiría?

Yo creo que más que una crisis es una catástrofe. Está destruyendo todo lo que los obreros y trabajadores han conseguido en los últimos 50 años o más. Esta destruyendo el tejido social, la familia, los sindicatos, las cooperativas, toda la organización social y de asociaciones que permiten a los trabajadores defender sus intereses laborales. Y a la vez hay una enorme concentración de ingresos. Estamos ante una crisis económica, social y también política porque toda la casta política esta muy desgastada. La gente no cree más en las instituciones políticas, sienten que están totalmente disociadas de su función de representatividad, son representantes de grupos muy reducidos y muchas veces de poderes externos no elegidos.

¿Hasta dónde puede llegar esta situación?

Yo creo que no tiene fin porque aun en situación de crisis el capital sigue acumulando poder y beneficios. ¿Por qué cambiar? Una organización así tiene tendencia a modificar pero no a cambiar, lo hará solamente cuando se enfrente a un contra poder. Yo creo que estamos ante un sistema que no reconoce interlocutores. Las huelgas generales son mecanismos tradicionales de la clase obrera para forzar la negociación y cambios pero aparentemente las clases capitalistas no reconocen el poder, el contrapeso de los obreros. Al final lo que van a provocar es una revolución. Cuando la gente prueba todos los mecanismos legales, constitucionales y no reciben ninguna respuesta, peor aun, si siguen profundizando en la miseria lo único que van a lograr es precipitar un levantamiento generalizado como hemos visto en otras regiones del mundo.

En América Latina a finales de los noventa había algo similar: un modelo neoliberal, una concentración de riqueza, escándalos semanales de pillajes, de estafas… En diciembre del 2001, en Argentina la situación llegó hasta tal punto que un levantamiento provocó que el presidente de la época tuviese que escapar en helicóptero. En Ecuador, el presidente elegido que estaba involucrado en la crisis, las privatizaciones, descuidó la agenda social fue derrocado y convocaron nuevas elecciones. En su lugar pusieron a un presidente más consecuente y renunciaron a gran parte de la deuda para financiar la recuperación. Yo creo que estos ejemplos ilustran la posibilidad de hacer una opción diferente.

Casi todos los partidos que llegan al poder están llevando a cabo las mismas políticas. ¿Dónde esta la alternativa para la ciudadanía?

Hay partidos vinculados orgánicamente con la lucha que no entran en coaliciones con partidos del poder, partidos vinculados con el neoliberalismo, con la UE, que llevan políticas que sostienen el capitalismo delincuente. Creo que ningún partido se puede presentar como alternativa si sigue con las medidas retrógradas llamadas reformas. El proyecto político alternativo surgirá a partir de luchas parciales, en el País Vasco por ejemplo vendrá con una alternativa vasca, nacional y socialista. La Huelga General sigue siendo el instrumento político, es un medio político de resistencia pero habrá que ver en que grado puede formular un proyecto de contrapoder.

Ha seguido de cerca la revolución bolivariana. ¿Cuáles han sido las claves de su éxito?

La clave está en las medidas que ha adoptado el Gobierno aumentando salarios, invirtiendo los ingresos del petróleo en proyectos sociales, re-nacionalizando el petróleo principal fuente de ingresos, construyendo redes de representación popular en los barrios, fortaleciendo los lazos con sectores nacionalistas creando una nueva formación política, un partido revolucionario o semi-revolucionario, partido socialista. Chávez combina tres cosas importantes, el nacionalismo profundo anticapitalista, una política marxista en lo económico y social entendiendo la importancia de la lucha de clases y por último la ética que aprendió del cristianismo popular. Ha combinado el anti-imperialismo, el marxismo y el cristianismo popular en una formación política junto con la inserción en las luchas cotidianas.

Ahora, no todo es perfecto porque muchos de los que entraron en el proyecto bolivariano de Chávez eran de otros partidos corruptos del pasado, oportunistas y no tenia un partido ya formado, ni proceso de lucha, ni acumulación de fuerzas. Existe una contradicción entre el proyecto socialista y el oportunismo de gobernadores, alcaldes, funcionarios.

Tienen que hacer un esfuerzo para controlar la situación de seguridad, han evitado hacer un examen de fondo sobre la delincuencia hay que rectificar eso, no entiendo porque no tratan ese problema. La teoría que dice que las mejoras sociales elimina la criminalidad es una simplificación. La criminalidad tiene su propio mundo, su propia motivación y se tiene que tomar en serio como algo especifico, no pensar que con más gasto social hay menos delincuencia. También tiene que mejorar la eficacia y diversificar la economía y eso implica que haya más participación popular, mas organizaciones obreras sobre la gestión de empresas para supervisar que los proyectos de arriba se cumplen abajo. Y creo que deben aplicar criterios más empresariales que políticos porque a veces la política de nepotismo favorece a algunos funcionarios en vez de aplicarse a mejorar el funcionamiento de empresa.

Se están planteando muchas dudas sobre el modelo Europeo actual. ¿Cuál es su opinión al respecto?

Es catastrófico. Cuando pienso que hay un cincuenta por ciento o más de jóvenes desempleados, no puedo imaginar un sistema peor. Una organización económica que ha destruido la producción, es catastrófico. Así no se puede mantener el sistema social, sostener la población, se puede decir que es totalmente disfuncional y uno no puede imaginar como se puede mantener y repetir políticas que han generado tanta miseria. Han destruido la clase media, las esperanzas de los jóvenes creando personas formadas y sin trabajo. Todo eso en su conjunto es catastrófico. Es como un cataclismo económico.

Volviendo a Euskal Herria ¿Quién debe impulsar la construcción de una alternativa? (movimientos sociales, la clase trabajadora…) ¿Cómo?

Primero se debe concienciar a la gente, organizar a los afectados negativamente tanto por el estado central como por la policía nacional o la burguesía local. Hay que organizar la lucha, crear conciencia y utilizar instituciones locales como alcaldías para crear micro-modelos. Mostrar que somos capaces de gobernar, hacer políticas alternativas, acumular fuerzas para evidentemente tomar el estado, separarse del fracaso nacional en el sentido político-económico, de la falta de gobernabilidad y de la corrupción tan profunda que existe. Separarse y crear una economía viable, diversificada. Hay una enorme oportunidad aquí.

Hemos hablado del imperialismo del siglo XXI, ¿cómo debe ser el sindicalismo del siglo XXI?

Empezando a nivel local y extendiéndose creando lazos internacionales. La fuerza y representatividad internacional depende de la fuerza interna. No creo mucho en el internacionalismo que dicen organizar a todos los sectores ocupados y desocupados, que va a conferencias y firma documentos pero no tienen ningún respaldo a nivel interno. Hay que formar alianzas no solamente en base económica, también territorial para extender lazos y organizar toda la sociedad, el tejido para sostener el nuevo proyecto.

El capital financiero y multinacional se está llevando por delante el tejido productivo, en tanto en cuanto compartimos un interés común de pura supervivencia con el pequeño capital local, ¿no sería posible también encontrar algún tipo de sinergia?

Depende. Si están dispuestos a invertir, a producir tecnología o por lo menos a no sabotear el proceso económico político si es compatible. Por ejemplo socializar panaderías y restaurantes... me parece una locura. Yo creo que hay que controlar el comercio externo, el sistema financiero, las principales empresas económicas y fomentar la competencia, el trabajo colectivo y la alimentación local.

Euskal Herria es un país sin estado. ¿La construcción de una alternativa para Euskal Herria pasa necesariamente por la construcción de un Estado?

Absolutamente. Ningún gobierno progresista puede funcionar bajo un gobierno corrupto totalmente subordinado al colonialismo europeo y bajo el mando del capital financiero estafador. Creo que el requisito para cualquier proyecto socialista en el país vasco pasa por la independencia.






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