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jueves, 1 de agosto de 2019

Entrevista a Altsasu Gurasoak

En la página Nueva Revolución se ha publicado esta entrevista a los integrantes del colectivo Altsasu Gurasoak, madres y padres de los ocho represaliados de Altsasu.

Aquí la tienen:


Daniel Seixo

Existen entrevistas necesarias para hacernos comprender la clase de estado en el que vivimos, entrevistas necesarias para lanzar un grito de auxilio o para destapar la represión contra diferentes colectivos minoritarios que día a día notan en su costado las botas de un estado que nunca ha dudado en hacer uso de sus fuerzas policiales o su “independiente” justicia para silencias a todes aquelles que se muestren descontentes con el supuesto orden natural de las cosas. Pues bien, la entrevista a Altsasu gurasoak, el colectivo de las madres y padres de los jóvenes encausados por un altercado en torno a un bar la madrugada del 15/10/16 en Altsasu, es todo eso y mucho más. Esta entrevista es la crónica de una injusticia que ha caído como una pesada losa sobre Oihan, Adur, Jokin, Julen, Aratz, Jonan, Iñaki y Ainara, pero que bien podría haber aterrizado contra cualquiera que en el estado español decida mostrarse insumiso. Lo hemos visto en Altsasu, pero también en Galiza, Catalunya, en torno a los CSOA o incluso en las movilizaciones populares que pretenden evitar los numerosos desahucios que día a día se producen en este estado. Les recomiendo lean atentamente las valientes palabras de Altsasu gurasoak, no ya por solidaridad si no nace en ustedes, sino como una advertencia, como un grito dedicado a todes aquelles que todavía piensan que si guardan silencio, la injusticia reinante en el estado español no irá a por elles. Les puedo asegurar que se equivocan.

¿Qué sucedió la madrugada del día 15 de octubre de 2016 en Altsasu?

La maldita madrugada del 16 de octubre de 2016, durante la celebración de las ferias del pueblo, una discusión o trifulca o pelea tuvo lugar en un bar del pueblo y la calle. Nada deseable pero tampoco nada que no haya sucedido miles de veces en miles de pueblos. La diferencia de esta ocasión es que dos mandos (teniente y sargento) de la guardia civil y sus parejas estaban involucrados.

Como consecuencia de esta pelea y según el parte médico, el teniente sufrió una rotura de tobillo y un corte de medio centímetro en el labio. El sargento un rasponazo y un chichón. Y sus compañeras ninguna lesión pero si un estado de nerviosismo o ansiedad.

Esto son hechos y no relatos, a partir de aquí, con el impresionante altavoz mediático, que los poderes pueden movilizar, y con un pueblo absolutamente atónito, comenzamos a oír en los noticiarios estatales un relato absurdo y disparatado de brutal paliza, linchamiento etc. Por una turba de 25 o 50 o incluso 100 “energumenos” agrediendo salvajemente a los dos beneméritos y sus parejas.

Esta bola crece con un mensaje del mismísimo M. Rajoy, escribiendo que esto no quedaría impune y la visita del Sr. Fdez. De Mesa, a sus subordinados. Tras la visita, y pese a que el propio teniente había llamado a la Policía Foral Navarra, en medio de esa supuesta brutal agresión, los guardias civiles y sus compañeras se negaron a declarar a este cuerpo. Haciéndolo ante sus compañeros de la Guardia Civil.

A partir de ahí y con la denuncia de la asociación de víctimas de terrorismo COVITE, presentada por Consuelo Ordóñez como delito de terrorismo, nos envolvieron en este despropósito, en el que hoy dos años y medio más tarde seguimos. Tres de nuestros hijos llevan casi 1000 encarcelados y otros cuatro han superado el año en prisión.

La sentencia habla de cerca de 50 personas agrediendo “con gran saña y virulencia” a los Guardia Civiles implicados ¿consideran que los partes médicos son compatibles con la agresión multitudinaria y salvaje que relatan las víctimas?

Cualquier persona que mire este caso sin prejuicios, podrá fácilmente darse cuenta que no existe proporción entre los hechos y las consecuencias, que una rotura de tobillo no parece el resultado principal de los hechos relatados por los acusadores, que incluso y por muy difícil que parezca si así fuera, no cabe semejante castigo.

¿Cúales han sido las condenas por lo sucedido?

13 años para Oihan, 12 para Adur y Jokin, 9 para Julen, Aratz, Jonan e Iñaki y 2 para Ainara. Tremenda condena para recordemos, un tobillo.

¿Consideran que han tenido derecho a un juicio justo?

No debemos olvidar que nuestr@s hijos se enfrentaron a un juicio en el que se pedían: 63’5 años para Oihan, 50 a cada uno para Adur, Jokin, Iñaki, Jonan, Aratz y Julen, además de 12’5 para Ainara. Enfrentarse a esas peticiones en la Audiencia Nacional y con cinco acusaciones personadas, es ciertamente una tortura, para las personas acusadas, sus familiares y personas próximas y todo el pueblo. Es difícil explicar el miedo, la impotencia, la angustia…, en fin el sufrimiento padecido. Además íbamos a un juicio en el que la guardia civil acusaba, investigaba y en buena parte juzgaba, ya que la presidenta de la sala Sra. Espejel además de estar casada con un alto mando de ese cuerpo, había sido condecorada por la propia guardia civil.

Bueno, asistir al juicio fue un doloroso ejercicio de subrealismo. Daba igual lo que dijeran los testigos, los pocos que nos admitieron o lo que indicaban las pruebas, las poquísimas que nos dejaron presentar. Quedaba claro que su guión estaba escrito y no se iban a salir un ápice, vaya llamar juicio a lo que tuvimos es de todo menos real.

Tres semanas de espectáculo, para quedarnos en el punto de partida. Tras esas semanas quedamos a espera de la sentencia que casi un mes más tarde salió. El 1 de junio fue el día, consideraron probados los hechos relatados, pero no un delito de terrorismo. La acusación de terrorismo les había servido para juzgarlos en la Audiencia Nacional, pero era insostenible. Naturalmente recurrimos, pero las acusaciones también, volviendo a pedir delitos de terrorismo y las condenas del principio. Vuelta al pánico, pero está ves además con una sentencia que destroza la vida de los jóvenes.

Mientras tanto y con un descomunal despliegue (88 miembros de la g.c.) vinieron a los cuatro días de salir la sentencia a por los cuatro jóvenes que estaban en libertad, los sacaron de sus lugares habituales de estudio o trabajo, aduciendo un inexistente riesgo de fuga, igual al que ha mantenido a los otros tres encerrados. Llegó el recurso en la sala de apelaciones de la misma Audiencia Nacional y casualidad dos de los tres jueces están condecorados por la guardia civil. Bueno la apariencia de imparcialidad sigue sin aparecer.  Este tribunal reafirma la sentencia, corrigiendo únicamente un error en la suma de años de condena a Iñaki, así actualmente está condenado seis.

Si debemos hacer una valoración a esto y a otro montón de datos que ni hemos llegado a relatar, es que la justicia no ha aparecido por ningún lado, aquí han prevalecido los intereses oscuros de un sistema que prefiere mantener la tensión en nuestra tierra y que las cosas no cambien y se normalicen.

¿Se ha politizado lo sucedido aquella madrugada en Altsasu?

Lo han aderezado con una actividad reivindicativa, materializada en la celebración del Ospa Eguna, un día en el que de forma lúdica e imaginativa se pide la salida de los cuerpos de seguridad del estado. Y es que vivimos en la zona con más miembros policiales por habitante de Europa, y eso lo hacen notar en controles continuos, cacheos, registros, etc. Este día se celebra con los permisos pertinentes y se puede visualizar tranquilamente en Internet.

Bueno, pues así seguimos esperando la revisión en el tribunal Supremo, si es necesario iremos al tribunal Constitucional y después a Estrasburgo, porque entre otras cosas creemos que los agravantes que han incluido para agravar las penas no se ajustan para nada al caso. Como ejemplo pondré el de discriminación ideológica, ya que a la guardia civil no se le supone ninguna ideología, y este agravante está pensado para grupos vulnerables, así ya teniendo condena por atentado a la autoridad por ser guardias civiles es como dos penas por ser de un colectivo.

En el juicio se ha hecho referencia a que parte de los jóvenes jugaban un papel activo en el movimiento Ospa y habían protagonizado diversos actos en contra de la presencia de la Guardia Civil en Altsasu ¿considera que la justicia del estado español ha podido perseguir durante este juicio a los acusados por su militancia política?

Nuestros hijos son hijos de Alsasua, una mezcla de perfiles de inquietudes políticas diferentes, como sus familias y como nuestros vecinos.

Ha sido la lupa de los poderes quién ha mostrado la imagen distorsionada, de todo. Estamos en el corazón de Euskal Herria, y esto ha sido un golpe directo al corazón, por eso la respuesta está siendo masiva, en una ciudadanía que está acostumbrada a sufrir los zarpazos del estado, sea en forma de encarcelamientos indiscriminados, torturas generalizadas o sentirse amenazado continuamente. Estos son riesgos que siempre están en nuestra mente y agrandan el miedo y la incertidumbre, el sufrimiento extremo, en resumen.

¿Cómo se encuentran los jóvenes de Altsasu que están en prisión?

Están en la cárcel de Zaballa, pasando su juventud, mientras personajes como Rivera y Abascal primero y Casado e Inés después, vienen a buscar su rédito a un pueblo de siete mil habitantes que les ha dado la espalda, pero que mientras mantengan su mensaje de odio en el estado, poco importan sus vidas y menos aún la verdad.

¿Cómo es su día a día?

En este proceso los chavales han estado en cárceles madrileñas, alejados y dispersados. Y como la acusación era de terrorismo les aplicaron el régimen FIES, esto es una restricción mayúscula de derechos dentro de la misma cárcel. Por ejemplo toda la correspondencia revisada, las visitas también, o sea cero intimidad, participar en talleres o cursos pasa por “Seguridad”. Lo que impedía muchas veces su participación. Al final al no considerarse terrorismo este régimen fue modificado, y actualmente están juntos en la prisión de Zaballa (Araba) a 60km de casa y en unas condiciones más dignas, pero están encerrados y sin una expectativa de salida, en un corto plazo. Una serie de vidas paralizadas por unos intereses tan oscuros que forman parte de las cloacas.

Jóvenes de diferentes perfiles, diferentes puntos de vista, unidos por la operación malvada y vengativa de los estamentos del estado que necesitan justificar sus prebendas alrededor de un pueblo que está dando una gran lección de dignidad, solidaridad y unidad. Nada que ver con la imagen que se ha pretendido vender

¿Se intenta mantener artificialmente con este caso una sensación de conflicto latente en Euskal Herria?

Somos hijas de un pueblo que sabe defender a sus hijos, que no olvida pero sigue adelante, los seres mezquinos alimentados por el rencor y su afán de herir, nos hacen mucho daño, pero nosotros con solidaridad, cariño y apoyo de otros pueblos, seguimos sin empozoñarnos.

No nos van a convertir en personajes tan tóxicos como ellos. El orgullo de pueblo, de gentes solidarias, de fuerzas en los abrazos, de todas las partes por donde vamos, nos ayudará a dar vuelta al despropósito.






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