Un blog desde la diáspora y para la diáspora

viernes, 5 de abril de 2002

Entrevista a Pete Cenarrusa

Esta entrevista a Pete Cenarrusa apareció en Gara en diciembre del año pasado.

Creo que el esfuerzo por parte de Bieter y de Cenarrusa es de tomarse en cuenta.

He pues aquí, la entrevista:

«Informaremos al presidente Bush sobre el conflicto político del País Vasco»
Pete Cenarrusa es secretario de Estado para Idaho y miembro del Partido Republicano. A sus 84 años ­nació en Carey en 1917­ ha ostentado altos cargos en las instituciones de este Estado. Su apellido delata su origen; su madre Ramona nació en Gernika y su padre, Joe, en Munitibar. Ambos se conocieron en Boise.
Haritz Rodríguez
Cenarrusa demuestra, durante la conversación mantenida con GARA, sus conocimientos sobre historia vasca, yendo más allá de la actual situación de Euskal Herria y haciendo alusión a las Guerras Carlistas e, incluso, a los navegantes vascos que acompañaron a Colón. No se le escapa nada.
Este año recibió el premio Sabino Arana, e hizo una donación a Nafarroa Oinez. Pero también esta entrevista está marcada por la agenda política. Hace un par de semanas su nombre saltó a la palestra, después de la discusión que mantuvo con el embajador español en EEUU, Javier Rupérez. Cenarrusa prepara con otros políticos de Idaho varias medidas para «educar a EEUU sobre los vascos», especialmente a los congresistas, senadores y al propio presidente George Washington Bush.
¿En qué términos propuso la mediación de EEUU en el conflicto político vasco?
Cuando hablé con el lehendakari en enero le ofrecí mi ayuda para posibilitar el diálogo y una solución para los problemas políticos que padecen los vascos. También en algunas otras cuestiones. El se mostró interesado en buscar una solución, incluyendo en ese diálogo al Gobierno español.
Usted declaró que es necesario un mediador que no sea español. ¿Por qué?
El embajador español en EEUU, Javier Rupérez, dijo recientemente que no existe problema político alguno en el País Vasco y que los vascos y los españoles se llevan muy bien. Que todo lo que necesitan es acabar con el terrorismo. Yo he comentado en varias ocasiones a senadores y gobernadores estadounidenses que la violencia de ETA no surgió por iniciativa de los vascos, sino que surgió como resultado de la persecución de Francisco Franco contra los ciudadanos vascos, como consecuencia de las torturas y matanzas de vascos. Es ahí donde ETA nace, para reivindicar el derecho a hablar en su propia lengua, el derecho a ondear la ikurriña o cualquier expresión relacio- nada con lo vasco. Los fundadores de ETA tenían una idea en mente, una idea que no puede considerarse mala en ningún lugar del mundo, que es impulsar la continuación de una lengua, posibilitar el aprendizaje de la misma en su país y promover la cultura y las costumbres de los vascos. Entonces no había violencia. Pero después, las actuaciones de la Guardia Civil bajo el régimen de Franco produjeron otra respuesta. Porque la violencia engendra violencia.
¿Cuáles son las posibilidades institucionales reales para impulsar una mediación estadounidense en el problema vasco?
Realmente se trata de que Estados Unidos y la sociedad deben entender dónde reside el problema vasco. Deben saber de dónde proceden los vascos. Deben entender que son una realidad muy antigua, que estaban en su país antes de que la historia se escribiera. Han estado allá antes que los romanos, antes que cualquier otro grupo étnico, en su propio país. El embajador Rupérez dijo que la independencia del País Vasco sería como si el Estado de Idaho, o cualquier otro, se separaran de EEUU. Esto no es cierto. Es diferente, porque los estados crearon los EEUU, pero el País Vasco no fue creado por España. El análisis es muy diferente allá. Lo que se consigue con un referéndum es el derecho a votar. Todo lo que se pide es una oportunidad para un referéndum de autodeterminación. ¿Qué hay de malo en votar? Aunque la respuesta fuera positiva o negativa... yo no lo sé. Pero al menos la sociedad estaría satisfecha.
¿Qué apoyos tiene la promoción de este referéndum?
Yo creo que los ciudadanos estadounidenses entienden a los vascos, y piensan que los vascos son buena gente, que han contribuido al estado de Idaho y a otros estados.
Consideran que son gente honesta y de confianza. La gente de Idaho tiene muy buena imagen de la sociedad vasca y apoyarán una resolución a este respecto. Yo ya presenté una resolución al Senado de EEUU en 1972, y después llegó al Congreso. Fue cuando la dictadura de Franco y el proceso de Burgos. Todo el mundo, a nivel internacional, se involucró contra el proceso, y yo traté de que también lo hiciera EEUU. Presenté una resolución a la Cámara, luego pasó al Senado y llegó al Congreso. Los gobernadores de todos los estados apoyaron el texto. En los días que corren, con la situación creada tras el 11 de setiembre por el terrorismo islámico, todo el mundo está en guardia contra el terrorismo. Por ello hay que preparar exhaustivamente la redacción del texto. Debemos explicar primeramente quiénes son los vascos y cuáles son sus problemas, explicar cuánto han contribuido al mundo y también cuáles han sido sus relaciones con los españoles. Hay que explicar que los vascos son gente hospitalaria... aclarar que, a pesar de lo que diga el embajador español, hay un problema político de fondo.
El senador Larry Craig dijo que sería difícil para la delegación de Idaho, porque la resolución que presentarán en enero constata hechos que son contrarios a la política establecida por Aznar y Bush. Antes de la resolución, ustedes están preparando un memorial, una resolución de menor rango. ¿Cuál sería su efectividad?
He hablado recientemente con el demócrata David Bieter. Hay muy buenos demócratas en el Legislativo de Idaho. Lo cierto es que mantengo muy buenas relaciones con todos ellos. Bieter y yo estamos trabajando juntos para preparar la resolución que presentaremos en el Congreso. Será una ardua tarea, pero Bieter tendrá todo nuestro apoyo. La resolución de Bieter recogerá el derecho que tienen los vascos a la autodeterminación y la necesidad de permitírseles primero entablar un diálogo político.
Sin embargo, Aznar dice que no va a entablar ningún diálogo mientras ETA continúe matando. Ni siquiera con Batasuna. Por ello, el memorial es importante para asegurar que el senador Larry Craig tenga una posición cómoda para poder defender después una resolución de mayor rango en el Senado. Creo que debemos trabajar muy bien este texto y que entonces los estadounidenses lo aceptarán, porque son una gente comprensiva.
Debemos ofrecerles la realidad para hacer justicia a la historia. Los vascos nunca han sobrepasado sus propias fronteras, han respetado la propiedad de los demás y los demás deberían respetar la suya. España debería hacer un intento de mejorar sus relaciones con el Gobierno Vasco.
¿Cuáles serían los pasos, desde el primero hasta el último, de ese primer memorial?
Es una especie de carta que se remite al Congreso. Un memorial dejaría sentado que el Legislativo de Idazo quiere que el Congreso estadounidense y sus electos se percaten de lo que en él se describe. Un memorial no implicaría una actuación, pero su contenido se leería en el Congreso y se incluiría dentro de la agenda política como ya se hizo con mi resolución de 1972. El senador Frank Church era entonces el responsable del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, que aprobó una resolución completa. Ahora, pueden aceptarla o no, pero servirá para que traslademos al Congreso el sentimiento mayoritario de Idaho. La carta será una petición para considerar la resolución, y será trasladada al Departamento de Estado, al presidente Bush, los gobernadores de todos los estados, a todos los congresistas y a todos los miembros de las instituciones estadounidenses. Informaremos al presidente Bush sobre el conflicto político vasco. Cada uno recibirá una copia de la carta.
¿Se trata de ofrecer un punto de vista al margen del oficial?
En los años 70 señalé que Estados Unidos no debía dar ni un solo dolar más al Gobierno español. En aquella época estábamos inmersos en la guerra fría y Estados Unidos tenía varias bases militares en España. Era una especie de situación incómoda porque, a pesar del contexto político durante la dictadura franquista, EEUU no quería enfrentarse al régimen por el interés de mantener las bases. Pero no se tuvo en cuenta que los vascos fueron quienes ayudaron a los aliados, especialmente durante la Segunda Guerra Mundial. España no ayudó, Franco no lo hizo, pero los vascos sí. Incluso, los aliados utilizaron el País Vasco para transportar material a través de Iparralde. Quiero decir con todo esto que debemos difundir la verdadera historia de los vascos. Todo esto debe conocerse, para que la sociedad estadounidense tenga una noción de lo que son el País Vasco y los vascos. Buena gente, amantes de la libertad y la democracia. Por eso, el punto de partida de la resolución es que ésta tendrá un efecto en el Estado de Idaho, en su Gobierno, en el ámbito nacional y también en el internacional.
De hecho, durante la pasada semana, la noticia de la resolución tuvo bastante repercusión en algunos medios de Euskal Herria.
En otros periódicos vascos, que ya me han llegado, se señala que el Congreso deberá actuar en base a esta resolución si se aprueba. Pero eso es erróneo, el memorial no es una resolución vinculante. Es para que los políticos sean conscientes del punto de vista de los vascos. George W. Bush, el Departamento de Estado y el Gobierno Aznar están muy unidos. El presidente Bush tiene la versión de Aznar. Estoy seguro de que todo lo que sabe le llega por boca de Aznar. A partir de la resolución cambiarían las cosas. Yo ya le dije a Rupérez que cuando llegan noticias de Madrid, cuando hay un acto terrorista, se habla de terroristas vascos. Pero si Indurain gana el Tour de Francia cinco veces seguidas, es español. Cuando Olazabal ganó dos veces el Máster de Augusta también se dijo que era español. Llamé al "New York Times" y les dije que no, que era vasco. Desde entonces a Olazabal se le trata como vasco en ese diario. También creemos que puede contribuir a levantar la moral del País Vasco y de los vascos, como lo hizo la resolución de 1972. Franco temía un acuerdo a nivel mundial, porque suponía levantar la moral de los vascos. También ahora servirá para que los vascos se den cuenta de que hay mucha gente en otros países que nos preocupamos por su situación. Estoy seguro de que tendrá su efecto en los políticos del Congreso, en el presidente de EEUU y en todos los gobernadores. Deberían tomarlo en consideración para ponerlo en marcha. Ese es el punto de partida: contar al Congreso, al presidente Bush, a Cheney y todos los gobernadores de los estados que esto es lo que Idaho siente.
Tras el 11 de setiembre, el Gobierno de EEUU ha cambiado su posición en Oriente Medio. ¿Cree que puede influir positivamente en el «caso vasco»?
Sí. Creo que sí puede ser un síntoma. Bush dijo a Aznar que tiene todo el apoyo de EEUU. Pero de eso se trata. Es una de las cosas que se lograrán con la resolución, generar la atención del presidente. No conozco a George W. Bush personalmente, pero coincidí en muchas ocasiones con su padre. La resolución constatará un mensaje claro. Al igual que hemos mandado a Mitchell como mediador a Oriente Medio para negociar una paz duradera, podemos hacerlo en el País Vasco. Todavía ahora los intentos para la consecución de la paz en Oriente Medio están en marcha. No hay ninguna razón para que no promovamos negociaciones entre el País Vasco y el Gobierno español. Nuestra resolución enviará un mensaje claro a Bush, en el sentido de que deberíamos facilitar un mediador como Mitchell o Carter.
¿Han previsto algún tipo de colaboración con asociaciones como la Fundación Carter?
Sí, por supuesto. La Fundación Carter tiene una larga experiencia en negociaciones para la consecución de la paz. Cabe la posibilidad de que se involucre en el caso vasco, al igual que lo hizo entre Palestina e Israel o entre Irlanda e Inglaterra. Nosotros haremos todos los esfuerzos diplomáticos necesarios para que la gente entienda la importancia de mediar entre España y el País Vasco. Esa sería la forma de que cesara la violencia de ETA, que ETA se percate de que la vía diplomática es el camino, que se dé cuenta de que el terrorismo hace flaco favor a la imagen que se tiene en el mundo de los vascos. Por eso creo que si pudiéramos encabezar una mediación por parte de personalidades significativas como Mitchell o Carter, por ejemplo, se facilitaría el camino para la paz. Pero tenemos que convencer al presidente Bush primero.
¿Cree que la diáspora vasca de EEUU tiene capacidad, como la irlandesa, de presionar en favor de una solución política?
Por supuesto. Esa es la razón por la que tenemos que hacer algo, la razón por la que necesitamos hacer algo. No podemos quedarnos quietos, hay que tirar para adelante. Necesitamos encabezar esta resolución para educar a la gente, instruirla. Que sepan quiénes son los vascos y qué está pasando. Quienes hablan de los vascos sólo como terroristas no conocen a los vascos.
En su opinión, ¿cómo influyen los atentados de ETA?
No creo que ahora sea tiempo de guerra, pero ETA continúa extorsionando y matando. En el mundo actual, creo que se pueden tomar otros caminos para conseguir fines políticos, probablemente más persuasivos. Deberían darse cuenta de que sus actos no tienen sitio. En mi opinión, los atentados no hacen más que alargar el sufrimiento y entorpecer la solución. Obstaculizan el apoyo de la diáspora y de otros países del mundo. Son inaceptables, a la vez que un obstáculo. Deberían reflexionar y darse cuenta de que el camino de la educación y el de la información es más efectivo. El fin de la violencia ayudaría a resolver el conflicto.
Rupérez comparó a ETA y Al Qaeda. Es algo habitual en los últimos tiempos desde el Gobierno español. ¿Qué le parece?
La utilización política por parte del embajador español de los dramáticos sucesos del 11 de setiembre es muy desagradable para nosotros. Es muy inapropiado poner a ETA y Al Qaeda en el mismo contexto. No son la misma cosa. Entre otras razones, Al Qaeda es un grupo que actúa a nivel mundial, y ETA no. Los terroristas islámicos están repartidos por todo el mundo, incluso en España, y han preparado durante años el ataque antes de estrellar los aviones contra el WTC y Washington. Estas acciones no están motivadas por un conflicto político. No se puede relacionar lo que ocurre en el País Vasco con lo que está pasando a nivel internacional y en EEUU.
ETA ofreció la «alternativa democrática» en 1995 y en 1998 decretó una tregua. ¿Qué opinión le merece la respuesta del Gobierno español a ambas iniciativas?
José María Aznar y su Gobierno no quieren aceptar el derecho de autodeterminación, no quieren una solución, la resolución del conflicto. Cuando en 1998 comenzó el proceso de paz y ETA declaró una tregua, que duró 14 meses, el Gobierno español tomó una postura clara. Dijo que sólo había sido declarada para crear confusión. Lo que deberían haber hecho es abrir sus mentes para dejar un hueco a la paz.
¿Tiene conocimiento de las evidencias de torturas practicadas en el Estado español?
La utilización de la tortura es absolutamente detestable. También las inflingidas a ciudadanos vascos, por supuesto. Es una barbaridad que no debería estar permitida, en ninguna parte del mundo civilizado. Yo recibo los informes de Amnistía Internacional, y me recuerdan a los tiempos de Franco, cuando la tortura estaba a la orden del día. Ahora se vuelve a torturar, para conseguir evidencias por parte de los detenidos. Muchos de ellos están forzados a prestar falso testimonio. Es una cosa terrible. Aquellos que encubran la tortura deberían ser puestos a disposición judicial por las Naciones Unidas.
¿Qué le parece la actuación policial contra organismos sociales y políticos de la izquierda abertzale?
La gente debería tener derecho a expresarse, derecho a la libertad de expresión. Eso es algo que se recoge en la Constitución de los Estados Unidos. Libertad de expresión, libertad de palabra y libertad de prensa. Debería de haber libertad para que la gente pueda expresarse o manifestarse. Ese es un derecho y no deberían haber sido arrestados por esas razones.
Las acusaciones contra el PNV también son habituales, en el sentido de que persigue los mismos fines que ETA.
ETA y el PNV no son la misma cosa, desde luego. Al contrario, el PNV trabaja para acabar con las muertes y la extorsión contra ciudadanos vascos, entre otras cosas. Es bien conocida la profunda tradición democrática del Partido Nacionalista Vasco. Aquí también llegan las noticias y las últimas hablan de ataques contra la Policía vasca.




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